Un artículo publicado por la revista Current Biology indica que el trabajo nocturno y las comidas en horarios irregulares no son adecuados para gozar de una salud, ya que pueden producir obesidad, trastornos metabólicos o diabetes.
Shu-qun Shi, del Departamento de Ciencias Biológicas en la Universidad Vanderbilt de Estados Unidos, junto a su equipo descubrieron, tras un importante estudio, cómo la insulina sube y baja de acuerdo a un ritmo circadiano de veinticuatro horas.
“Muchos procesos fisiológicos exhiben ritmos de día y noche, incluido el comportamiento de alimentación, el metabolismo de lípidos y carbohidratos y el sueño“, explican en el artículo.
El conocido reloj biológico o circadiano es el encargado de controlar esas oscilaciones diarias.
El trastorno de la sincronía en el ritmo circadiano puede darse por trabajar en horas nocturnas o de trasnoche, cuando se viaja en avión largas distancias entre este y oeste, y los trastornos en las horas de sueño “pueden tener efectos profundos sobre la regulación del peso corporal y la homeostasis de glucosa y lípidos”, dicen los expertos.
Para determinarlo, se realizó un estudio con ratones, donde aquellos que no pudieron mantener las horas de sueño, por una razón u otra su ciclo circadiano quedó atascado en una modalidad resistente a la insulina y propensa a la obesidad.
“Estábamos acostumbrados a creer que algunas cosas son tan importantes que deben ser constantes”, comentó Carl Johnson, del Departamento de Fisiología y Biofísica en la universidad. “Pero ahora sabemos que estos puntos claves del metabolismo cambian en función de la hora del día”, agregó.
Los ratones normales fueron resistentes a la insulina durante el día cuando, en general, como animales noctámbulos que son, en ese momento están durmiendo. Los investigadores interfirieron con esa regularidad ya sea por un defecto genético o la exposición constante a la luz, que causaron que los ratones perdieran la noción de las horas.
“Desde Claude Bernard en el siglo XIX el concepto de homeostasis como mantenimiento de un ambiente interno constante ha estado profundamente arraigado en nuestra idea de cómo funcionan los organismos”, dicen los investigadores.
Finalmente dedujeron que la acción de la insulina y el metabolismo de azúcar en la sangre están vinculados a la hora del día y a los mecanismos internos que llevan cuenta de esas horas.
“Las dietas mediterráneas, en las cuales la comida principal del día se toma al medio día, probablemente sean las más sanas”, dijo Johnson, quien añadió que, además, quizá sea mejor una cena liviana y que se eviten los bocadillos tras esa cena.