Una argentina que le quita el sueño a Cameron

La eurodiputada argentina Marta Andreasen se desempeña en el Parlamento Europeo como representante del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), una fuerza que tiene reputación xenófoba. La contadora se hizo famosa por descubrir corrupción en distintos organismos.

Marta AndreasenUna ciudadana argentina, nacida y criada en Buenos Aires, casada con un argentino, hija de un danés y una ciudadana española, representa a los ingleses en el Parlamento Europeo. Se trata de Marta Andreasen, quien milita en el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), fuerza política de tono nacionalista que busca reducir al mínimo la inmigración y sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea (UE).
Andreasen se ganó la admiración de los ingleses por sus denuncias de corrupción. Su secreto está en la credibilidad. Primero trabajó en París, como directora de Contabilidad de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Allí encontró un gran agujero en las cuentas de varios millones de dólares, algo que llevó a un replanteo total de la administración de las finanzas en esa institución. Después la contrataron como Jefa de Presupuesto y Contaduría en la Comisión Europea (CE), que perdió recientemente su plana mayor.
En apenas unos días, la contadora descubrió que el sistema de finanzas europeo seguía abierto al fraude. Al momento en que se negó a endosar el presupuesto anual, fue despedida.
Entonces comenzó una agria, larga y muy pública disputa que terminó cuando la Corte Europea de Justicia se pronunció en su contra. No porque las denuncias no tuvieran mérito, sino porque estimó que con ellas había sido desleal a la institución.
Sin embargo, todo eso la convirtió en el ídolo internacional de los contadores. Hoy, sus opiniones marcan el mapa de ruta de los euroescépticos, incluidos aquellos que integran las filas de otras fuerzas políticas. De esa manera, ha llegado a quitarle el sueño al primer ministro británico, David Cameron, atormentado por el ala nacionalista de su partido.
Andreasen terminó asociándose con el UKIP, famoso por su intolerancia hacia los extranjeros y por compartir bancada en Estrasburgo con figuras acusadas de racismo, misoginia y homofobia. Ella acepta que su presencia le ha sido útil al UKIP para blanquear la imagen. Lo que la atrajo, dice, fue el fervor compartido por conceptos como la “tradición”, la “patria” y la “bandera”.
En una entrevista a La Nación, la contadora indicó: “nunca oculté que nací en la Argentina. La verdad es que nunca me preguntaron sobre la Guerra de Malvinas. Pero si lo hicieran, yo les puedo decir que la viví porque estaba en Buenos Aires entonces. Fue un error tremendo. Para mí, esa guerra fue el montaje de dos gobiernos que estaban en desequilibrio, por decirlo de alguna manera. A uno le salió bien y al otro, mal. Me pareció criminal mandar a chicos de 18 años a morir”. Respecto de la disputa actual por Malvinas, agregó: “para mí sigue siendo un tema interesado. Una vez más, ambos dirigentes están en una situación de tensión y los dos quieren tirar un poco la atención hacia las Malvinas. Pero yo me pregunto: ¿qué hicieron ambos países en los últimos 30 años? ¿Explotaron las supuestas riquezas que dicen que existen allí? No. Entonces, focalizarse en ese problema ahora me parece un poco reducido. Tampoco puedo ponerme ni de un lado ni del otro. Yo fui a un colegio inglés donde teníamos dos mapas, en uno decía Malvinas y en el otro, Falklands. De modo que este tema lo viví desde muy pequeña. Me parece ridículo que con todas las crisis que hay en el mundo, todos se aboquen a este problema”.
Aún así, los europeos no preguntan por su pasado en Argentina. “Dentro del UKIP yo tengo una imagen propia, que es previa a mi asociación con el partido. Se me conoce en Inglaterra por lo que hice en la UE. Y en ese sentido, los ingleses son muy justos. A ver: si yo quisiera en algún momento favorecer o entorpecer el comercio de la UE con la Argentina, entonces la gente podría juzgarme en contra. Pero yo no me meto en esas cosas. A mí me interesa defender los derechos de los británicos en la UE”, aclaró.
También destacó que no es un peso ser argentina en la UKIP, que tiene reputación xenófoba: “nunca me pesó. Los que me critican no lo hacen porque soy argentina sino porque buscan socavar al partido con actitudes dictatoriales. A la gente no le importa de dónde vengo. Hice campaña a favor de los británicos que han visto sus hogares expropiados en España, para modificar la política de pesca”.
La intención de la UKIP es que Gran Bretaña abandone la UE e, incluso, el Mercado Común: “los que evocan los modelos de asociación de Noruega y de Suiza se equivocan. Ellos están atados también a la mayoría de las normas de la UE”. Destacó también que Londres  no es el centro financiero de Europa: “hoy en día, la City está en la nube. Es virtual. No es una cuestión de territorio. Una persona que tiene un fondo de pensiones aquí, que por ahí en realidad está en un banco alemán, podrá seguir teniéndolo aunque Londres no esté en la UE”.
El euroescepticismo, como concepto, está mucho más arraigado en Inglaterra que en el resto de Europa: no creo que los escoceses vayan a votar a favor de la independencia. Algunos aseguran que, de hacerlo, tanto Escocia como Inglaterra quedarían fuera de la UE porque el tratado fue firmado por Gran Bretaña. De todas formas, los escoceses tienen muchas cosas que considerar, porque tienen petróleo pero reciben también subsidios enormes de Inglaterra”.