Improvisados

Pandemia de COVID- 19 | Tras las medidas anunciadas por el Poder Ejecutivo nacional, queda un sabor a manotazo de ahogado. No hay una línea de acción que indique un plan a conciencia, como si otra vez el virus nos hubiera sorprendido. Suspenden cirugías y se preparan para la segunda ola: hasta las palabras elegidas son poco felices.

Con la firma del ministro de salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán, una circular reciente se dirigía a la Federación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales, FECLIBA, y a la Asociación de Clínicas y Hospitales de Alta Complejidad Privados de la provincia de Buenos Aires, ACLIBA, con el fin de indicarles que, atento al aumento del número de casos confirmados de COVID 19, sigue siendo obligatorio informar periódicamente al Ministerio de Salud la ocupación de camas, para así poder evaluar los recursos disponibles para la planificación estratégica y la toma de decisiones.

Los funcionarios recuerdan además que es necesario dar absoluta prioridad a la internación de pacientes con COVID 19, para lo cual se debe suspender y reprogramar toda cirugía que no revista urgencia, mientras que no se ponga en peligro inminente la salud de los otros pacientes. Esa es la mejor idea que se les ocurrió. En el último año, ¿no se pudo prever algo más que vaciar camas? ¿Sólo planillas de control en Excel?

Las palabras que el presidente Alberto Fernández dirigió al país refirieron algo así como que, en un punto, el sistema de salud se “relajó”. La expresión no cayó bien en diferentes ámbitos, pero menos que menos en los distintos colegios de profesionales que vienen dando pelea a la enfermedad con algo más que planillas de Excel. Uno de ellos fue el Sindicato Médicos Intensivistas de la República Argentina, SIMIRA, cuya importancia en el tratamiento de la enfermedad es incuestionable. Uno de sus representantes, Guillermo Mazzei, se expresó en la 99.9 con este material exclusivo: “A veces es mejor quedarse callado, porque decir lo que dijo el presidente es innecesario. Nadie lo puede haber asesorado para decir semejante cosa. Son afirmaciones erróneas. Mientras los políticos duermen, los profesionales de la salud siguen dando vida, operan traumas, heridos de armas de fuego y asisten a la muerte; no descansamos nunca. La terapia intensiva es un eje central hoy, y no se lo puede tratar mal: es el que mejor tenés que tratar”.

Los relajados

Lo que dijo el presidente no cayó bien, y lo consideraron muy alejado de la realidad. Por eso, los médicos han elaborado diversos comunicados escritos marcando que la especialidad está de pie, y que ellos no se relajan nunca: “Ninguna de las especialidades de la medicina se puede relajar”, dijeron. Porque ellos no sólo han tenido que seguir trabajando a destajo, sino que los sueldos de los intensivistas están lejos de ser dignos.

Dijo el representante Mazzei: “Tenemos una remuneración miserable. Los especialistas en terapia intensiva ganan entre 14 mil por 24 horas. Es horroroso y muy triste. Es el futuro que nos espera porque nadie quiere hacer esta profesión, que requiere alta capacitación y se somete a alto estrés. Somos la cabeza de las decisiones de los pacientes críticos: cada decisión del intensivista va en detrimento de la respuesta del ser humano que tiene en sus manos”.Por eso, los intensivistas incurren en trabajos múltiples para llegar a conformar un sueldo que les permita vivir, es decir que la primera consecuencia es el pluriempleo. Incluso entre una localidad y otra.

Agregaba el médico: “Parte de la responsabilidad es nuestra porque jugamos con el estrés para que no se vea… Los políticos tienen que entender lo que pasa, nosotros no vamos a cortar la calle ni vamos a cortarle el respirador al paciente para hacer una protesta. Queremos una remuneración digna, nosotros no somos un agujero fiscal”.

Otro de los duros comunicados en respuesta a las palabras de Alberto Fernández provino de la Asociación Argentina de Angiología y Cirugía Cardiovascular. La entidad consideró desafortunadas las declaraciones donde se habló de la relajación del sistema de salud que se distrajo atendiendo otras patologías.

Por eso, el secretario de la entidad, Elvio Demicheli, explicó que la respuesta los sorprendió a todos, porque fue absolutamente espontánea: “empezamos a darnos cuenta que nos echaba la culpa de lo que pasa con las camas de terapia. Quedamos de acuerdo en que teníamos que hacer un comunicado para explicar que no era así. Al otro día hablando con un cardiólogo me dijo que habían pensado lo mismo, y terminamos redactando un documento entre todos de repudio y rechazo que representa a muchas entidades profesionales”.

¿Cometió un error o se equivocó en las palabras que eligió? El profesional no puede pensar en una equivocación porque no se trató de una declaración que el presidente hayahecho en medio de un acto político, es decir desprevenido. Se trata de un discurso escrito, previsto, asesorado por colaboradores, ensayado. Explica: “lo preocupante para la comunidad médica es que el presidente de la Nación piensa eso, que nosotros dejamos de darle importancia al COVID y atendimos otras patologías. La verdad es que nunca elegimos nada porque tuvimos que seguir atendiendo a todos por igual”.

Durante 2020, muchas personas no continuaron con los seguimientos de sus patologías por miedo al COVID y eso en algún momento iba a requerir atención: “la gente no quería ir al médico por miedo, y en algún momento los teníamos que atender. Nunca las terapias se relajaron y no sólo nosotros, sino tampoco los kinesiólogos, las enfermeras y todo el personal del acto médico. Ese es el dolor, no existe una acabada realidad en la visión del presidente o quisieron disciplinar con el discurso”.

Otros datos

¿Pero cómo hablar de datos en medio de una pandemia, donde la locura y el desorden informativo son constantes? El Director de la Carrera de Odontología de la Universidad del Salvador, Gustavo Di Bella, decidió comenzar a hacer su propio relevamiento sobre los anticuerpos que generaron quienes recibieron una dosis de  la vacuna Sinopharm. Sus conclusiones prelimilares son negativas, y asegura este resultado era esperable.

Di Bella indica además que tiene en su poder más de 80 estudios enviados por personas, y que ninguno dio positivo en la presencia de anticuerpos. Explicó que la inmunidad no se trata sólo del porcentaje de tales anticuerpos: lo que permite sostener la inmunidad en el tiempo es la segunda dosis. Agrega: “hay unas células que responden inmediatamente al virus atenuado a la enfermedad y producen anticuerpos rápidos, pero no tienen memoria. Después están las células P de memoria que son de vida larga y dejan inmunidad por un tiempo prolongado. Ese ajuste fino de la inmunidad viene con la segunda dosis. Lo cierto es que la vacuna de Sinopharm no está ofreciendo respuesta”.

Di Bella explicó que no tiene un objetivo político en su investigación, y que considera que esto va a pasar como cualquier otra epidemia. Pone la fe en el desarrollo tecnológico y la globalización de la información que hace que todos estén trabajando por solucionarlo: “El mundo tendrá vacunas tarde o temprano”, agrega, “pero me preocupa el grado de improvisación del país. Tomar una medida sanitaria postergando dosis desobedeciendo las indicaciones del fabricante cuando ni siquiera sabemos si las vamos a tener después”. Es decir, que el profesional señala que la decisión de postergar la segunda dosis de vacunación puede haber comprometido la poca inmunidad que habíamos conseguido.

Mientras tanto Chile, que había sido el país más elogiado por su campaña de vacunación, también comenzó a verificar un incremento en la cantidad de contagios. La Profesora titular de la Escuela de Química y Farmacia en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso, y doctora en Microbiología Inmunología de la East Carolina University, EEUU, Caroline Weinstein, habló sobre el tema en la 99.9 en exclusiva, y explicó: “Chile ha sido un ejemplo en la velocidad de vacunación, tenemos un tercio de la población objetivo con las dos dosis de la vacuna y nos llaman la paradoja porque no ha ido de la mano con la disminución de los contagios. Una de las explicaciones es que hay que esperar 15 días después de la segunda dosis para tener una inmunidad que puede ser protectiva. Lo segundo es la eficacia general en evitar la contaminación que tiene la vacuna CoronaVac que según los estudios es de un 50% en los ensayos clínicos”.

La científica indicó que además hubo un cóctel de factores que llevaron a un incremento de casos, y que eso significa que el 50% de la población vacunada no tendrá síntomas. Agregó: “Hubo una sensación de éxito y relajo cuando se comenzó a vacunar, la población en general se relajó y adicionalmente hay circulación de nuevas variantes que tienen menos protección con la vacuna. Todos estos son aspectos que inciden en que los casos sigan aumentando en nuestro país. Tendría que haber ocurrido un cierre de fronteras porque las cepas llegan por ahí”. ¿Dijo relajo?

Por otro lado, el análisis de las cifras mostró que las edades de los afectados han bajado, y son los sectores que aún no están vacunados: hay un desplazamiento de los casos desde las personas mayores, que están en los grupos de riesgo y vacunadas, a las poblaciones más jóvenes, que hoy tienen casos graves porque recién están comenzando a vacunarse.