Los informes de la Bolsa de Rosario indican que la caída de la producción de trigo a consecuencia de la sequía extendida por el tercer año de impacto del fenómeno conocido como «La niña», y el retraso en la siembra de soja de segunda, afectarán muy duramente el saldo exportable argentino y, por lo tanto, la disponibilidad de dólares.
En los prolegómenos de una tormenta perfecta, la caída de producción de gas natural en Bolivia —según consigna el FMI en su último informe— afectará significativamente los volúmenes exportables a Argentina, e impulsará los precios a la suba.
Nada de todo esto parece advertir el gobierno nacional, perdido en sus internas y sumido en la personalísima agenda de la vicepresidenta. En paralelo con esta situación, las políticas energéticas desarrolladas durante el gobierno de 2015-2019 están dando el fuelle que necesita el país para no quedar en default energético.
La generación eléctrica a través de fuentes renovables alcanzó un récord histórico en octubre, de la mano de un aporte inédito de los parques eólicos y solares del todo el país. Los proyectos verdes produjeron unos 1.822 GWh, lo que ahora es el nuevo máximo.
Sin estas fuentes de energía, el país ya habría caído la política de cortes selectivos ya sea cortando el suministro industrial comercial, o el domiciliario. Por el contrario, el aporte de las energías renovables fue crucial. Ambas tecnologías —eólica y solar— registraron récords para la generación de un solo mes y superaron marcas alcanzadas durante el año pasado.
Los datos se desprenden del informe mensual que elabora la Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista S.A. (Cammesa), sumada a información procesada por Energía On.
En detalle, los parques eólicos generaron unos 1.297 GWh, lo que significó el dato más alto para un solo mes desde julio de 2021, cuando los parques de este tipo de tecnología produjeron 1.291 GWh.
En el caso de los desarrollos fotovoltaicos, durante el décimo mes del año produjeron un 315 GWh, el aporte más alto desde diciembre del año pasado. Ese mes se generaron 280 Gwh.
Los proyectos hidráulicos renovables generaron unos 105 GWh en el mes, lo que es la cuarta marca más alta del año. Esto se debe, particularmente, al fuerte volumen de aguas en el rio Paraná y el llenado de la presa de Yaciretá, que marcó picos históricos.
Es un dato cierto que no será 2023 el año en que Vaca Muerta dé todo el gas que el país necesita. Pese al extraordinario esfuerzo del grupo Techint, ya se sabe que los compresores necesarios para dar impulso al transporte del gas no estarán disponibles hasta 2024.
Esto no implica que no habrá gas desde Vaca Muerta: no va a llegar a los grandes centros urbanos. Sin compresores, la capacidad de transporte está en los 11 millones de metros cúbicos diarios. El potencial, con compresores, era de 24 millones de metros cúbicos. Eso recién se logrará en 2024.
La licitación del gasoducto —anulada en 2020— que llevaría el gas de Vaca Muerta a Salliquelló, habría permitido este año disponer de 60 millones de metros cúbicos diarios. La sevicia de los actuales gobernantes terminó siendo un tiro en el pie para ellos mismos.