Un verano más en la aldea junto al mar

Es la consecuencia de su origen: Mar del Plata, una insignificante aldea de pescadores a orillas del Océano Atlántico, se convirtió en el refugio de verano de las clases altas de finales del siglo XIX, que recrearon aquí una copia edilicia de Biarritz, el punto elegido por la aristocracia francesa para sus veraneos. La llegada del ferrocarril, en 1886, fue clave para que la aldea de pescadores deviniera en centro turístico veraniego, y alrededor del mismo se fue formando una clase trabajadora que esencialmente se ocupaba en la mayordomía y en el servicio a la clase dominante