«Vinieron a romperlo todo»

Es la frase que cada vez más se escucha de la boca de los dirigentes de JxC, en particular aquellos que se alinean con el PRO. La inició Mauricio Macri, y la repiten como un mantra, entre otros, Waldo Wolf y Luciano Laspina.

Pero el dato curioso es que no han podido con todo, ya que la política de sustitución de la matriz energética desarrollada entre 2015 y 2019 impacta tan notablemente en la generación de energía en el país, que impidió que en 2022 se produjeran cortes de suministro en el invierno.

La generación de energía eólica ha garantizado la provisión, siendo el contrapeso que limitó el daño de la importación de gas, que provocó, en la balanza de pagos, un negativo de 5200 millones de dólares, cuando el proyectado por el aumento del precio a nivel global había elevado la proyección de este gasto a 12 mil millones de dólares. Hoy, la energía eólica abastece a 2,7 millones de hogares y permitió, en lo que va de 2022, ahorrar 3250 millones de dólares al país.

Todo esto, resultado de lo impulsado y logrado en sólo cuatro años, en oposición a la postura del actual gobierno que paralizó el gasoducto de Vaca Muerta que estaba listo para ser licitado. El constante acoso a las energías alternativas no impidió que se dieran estos logros en beneficio de nuestro país y de la sociedad.

Con un plan acorde que habilite generar las inversiones necesarias en conectividad —hoy, el talón de Aquiles del sistema energético—, la energía eólica está en condiciones de convertirse en el actor central de la provisión energética del país y generar excedentes exportables en volúmenes importantísimos.

Empresas como la brasileña Vestas, Genneia, y Pampa Energía prevén inversiones por más de mil millones de dólares, sólo requieren condiciones lógicas, imposibles hoy en medio de la política económica desquiciada del actual gobierno. Señala Eduardo Ricotta, presidente de Vestas Argentina: «una rotación de turbina genera el equivalente al consumo de energía de una casa en la región».

Un informe elaborado por la Cámara Argentina de Energía Eólica (CEA) dice que el 70% del territorio tiene vientos suficientes para producir energía. El Global Wind Atlas posiciona al país como una de las naciones con más potencial, en tierra u offshore.

La puesta en marcha de una política macro consistente en 2023 debe habilitar un camino claro para, aprovechando el momento, dar el salto de calidad ambiental, energética, y patrimonial del país.

Quisieron romperlo todo. Con saña. No lo lograron.