Malas lenguas 1067

María Eugenia y La Renga I. La historia indica que los mandatarios provinciales tienen tradición en querer dejar su huella en Mar del Plata y decidir qué, cómo y cuándo hacer lo que haya que hacer. Fue más que evidente este verano, con la creación de dos balnearios montados y administrados por Fabián Perechodnik por cuenta y orden de la jefa política de la Provincia, con el dinero de los contribuyentes bonaerenses. Pero no fue lo único, ya que también hubo para clases de yoga a un costo altísimo, y amén de ello, una insólita presión para impedir el show de La Renga, que ya tiene una preventa de 39.000 entradas. Y todo porque, según admitió Ritondo, “María Eugenia teme que pase algo como lo de Olavarría”. Rápidamente, medios de La Plata retrucaron, con zalamería asqueante, que Arroyo dio permiso para el show “sin consultar a la Gobernación”. Ah, mirá, faltó el permiso de mami.

María Eugenia y La Renga II. La propuesta de traer a La Renga es de Pablo Baldini, mismo productor que trajo a Fuerza Bruta y le dio color internacional a la propuesta teatral del verano en la ciudad; mismo también que organizó todos los aspectos de la presentación de la Filarmónica del Teatro Colón en el Parque San Martín. Si bien la iniciativa y producción general fue de Marcelo González y su productora WAM, Baldini puso estructura y soporte organizacional. Fue un esfuerzo en conjunto que dio un resultado extraordinario. Como señaló el propio Baldini en la 99.9: “no soy el productor del Indio; llevo años en este predicamento, y soy autor de un protocolo que hoy aplica para eventos públicos a nivel nacional”.

María Eugenia y La Renga III. En primer lugar, a un año de los eventos de Olavarría, aún no hay juicio por lo ocurrido en el predio La Colmena. Al intendente Ezequiel Galli, figura del PRO -mismo tenor que el intendente de Pinamar Martín Ayeza- lo cubren mediáticamente. Galli firmó como fiador del contrato de la productora del indio Solari, alentó la venta ilegal de bebidas y la instalación de puestos de comida y hoy está lejos, muy lejos de cualquier episodio legal por los dos muertos que dejó el recital. MEV no se preocupó entonces, menos aún Ritondo, por un recital al que convocó a más de 300.000 personas en una ciudad de 130.000 habitantes, sin infraestructura hotelera o gastronómica suficiente.

María Eugenia y La Renga IV. Funcionarios policiales le habían hecho saber a Pablo Baldini que estaban en la tesitura de no dar seguridad para el recital previsto para el 7 de abril .Todo sotto voce, buscando que Baldini apurara a la municipalidad y dejara engarronado al intendente bajo la idea de que Arroyo prohibía un evento cultural. Pero salió torcida la maniobra: La Capital publicó en tapa que la Provincia no proveería seguridad y precipitó la comunicación oficial que habían evitado hasta ese momento. En estas horas quieren vender que la salida es que se le dé a Guillermo Montenegro el cartabón de requerir a MEV que revea su postura y sea precisamente Montenegro el que facilite la realización del show. Más burdo todo, no puede ser.