Malas lenguas 1139

 

Otro palo y ninguna zanahoria. En las horas previas a los comicios que le dieron al grupo de los conejos negros liderados por Antonio Gilardi y su troupe a un nuevo periodo al frente del gremio que nuclea a los empleados municipales, Alejandra Ayek batía el parche con dos temas: la presunta voltereta de la corte en cuanto a la ordenanza que busca imponer desde el Concejo Deliberante las condiciones en que los docentes deben percibir y cuánto percibir de salario y la impugnación a los concursos para cargos docentes. De lo primero, sólo algo obvio: si la corte de provincia habilitara la razonabilidad de la ordenanza votada por todo el cuerpo legislativo local, todos los municipios de la provincia verían en peligro sus finanzas, ya que bastaría un acuerdo político para alterar la rendición de los salarios o cualquier otra cuestión dejando al ejecutivo (cualquiera fuere) como un mero decorado.

Otro palo y ninguna zanahoria II. Ayek debería reflexionar. Mientras ella anunciaba una presentación judicial y demonizaba los concursos en los medios de corte y pegue, dos mil seiscientos docentes se inscribieron para concursar esos cargos. El texto del juez Simón Isachs es para ponerse colorado. Deja con el trasero al aire los argumentos falaces y la falta de razonabilidad de la presentación en la cual reconoce el demandante —léase, el sindicato de trabajadores municipales– que hay docentes en desventaja ya que, con veinticinco años de ejercicio de la docencia, no han concursado nunca.

Quedó claro. María Eugenia Vidal, acompañada por Fabián Perechodnik, hizo obvio lo evidente al afirmar: “es público y notorio que tengo diferencias con el intendente Arroyo, por eso no integra la PASO de cambiemos”. No estaba en cualquier lugar: eligió para la conferencia de prensa el Hotel Provincial, cuyo concesionario es Florencio Aldrey Iglesias. Más allá de tamaña impudicia, los términos empleados son propios de un amo feudal, no de un dirigente democrático. Luego, pasó a afirmar que los votantes de cambiemos tiene dos magníficos candidatos en las personas de Baragiola y Montenegro, aunque se cuidó de mencionar específicamente a ambos por sus nombres. Persona de suerte, el hada triste de Morón recibió el brulote de Hannibal Fernández (prefiero dejar a mis hijos con Barreda y no con Vidal) que la colocó una vez más en el cómodo rol de víctima del cual tan bien hace gala.

Más ruido. La denuncia que presentó el concesionario de la unidad fiscal Playa del Sol SA y CUBRO SA, Sergio Goransky, ante el secretario de planeamiento Guillermo de Paz por la controversia en torno al acuerdo entre Mar Azul SA —concesionario del estacionamiento de Playa Grande— y la comuna, promete barullo mal. La representación legal de Mar Azul entiende que la recepción de la denuncia por parte de De Paz abre lugar a una denuncia penal, por ser el funcionario el arquitecto de los denunciantes y, al mismo tiempo, funcionario comunal. Historias torpes de no terminar nunca.