Malas lenguas 1168

Episodios extraños. Fueron, cuando menos, los que rodearon la concesión de playa Beltrán a la ONG “En RED personas viviendo con VIH SIDA”, y deberían preocupar a las autoridades. Cierto es que, como consecuencia de los eventos vividos, una construcción en el lugar que hacía de aguantadero y punto de venta fue destruida usando maquinaria municipal. ¿Era necesario tremendo episodio con aprietes y funcionarios haciéndose los distraídos para llegar a estos extremos? No debería. La concesión tenía que ser entregada el 7 de diciembre, pero el EMTUR la entregó el 20 de enero y, de ahí, un calvario a diario sin protección alguna hasta que la ONG bajó los brazos y devolvió el lugar.

Episodios extraños II. Entre lo vivido hubo un cruce con el dueño de un Vento, patente MUV 996. El conductor tuvo un cruce con los jóvenes que trabajan para la ONG en cuestión, diciendo: “Ustedes negros de mierda no me van a decir en donde estacionar el auto, a ver si me lo rayan”. Esto llevó a que las autoridades de la organización se apersonaran a preguntar el motivo de tanto destrato. La respuesta fue “soy funcionario judicial, del tribunal oral 3”. Y dijo llamarse Adrián. Rarito. Los funcionarios judiciales en Mar del Plata curten Playa Grande o las playas del sur. Beltrán Norte,  humm… muy popular, y lejos del área top de la ciudad.

Episodios extraños III. El Adrián en cuestión retornó al día siguiente diciendo que había conversado con Guillermo, y que éste la había dicho que la presencia de la ONG allí era totalmente legal. Curioso una vez más. Cuando menos, o es un Farabute o, si es un magistrado, pobre de los judiciales, con ese carácter y esos modos. Lo que suma interrogantes es que el Vento chapa patente MUV 996 está a nombre de una persona muy mayor, con DNI empezado en un millón, y el vehículo está asentado en el registro automotor 05015 de San Cosme, provincia de Corrientes, y tiene multas por un monto elevadísimo sin pagar. Son en total 82 infracciones de tránsito en provincia de Buenos Aires por $800 mil y $55 mil en CABA. No registra multas en Corrientes. Rarito cuando menos.

Trifulcas de antigua data. Es conocida la mala relación entre los titulares de la terminal de contenedores 2 y el todavía hoy presidente en ejercicio del consorcio portuario Martin Merlini. La llegada de un crucero de pequeño porte reavivó las diferencias. Emilio Bustamante lanzó una serie de críticas a la falta de dragado y balizamiento en el interior del puerto que afecta la operatoria y sólo permite que cruceros de porte como el que ingresó por unas horas con pasaje de origen alemán hagan puerto en Mar del Plata. Aquí se da la loca situación de que la terminal de cruceros es hoy un puesto de la policía federal y el buque amarró en la terminal 2, en medio de una operación de embarque de calamar que se está llevando a cabo en estas horas. Más desprolijo no se puede.

Trifulcas de antigua data II. En tanto, ya se designó al nuevo director del consorcio portuario de Bahía Blanca. El derrotado Federico Susbielles, quien perdió la intendencia de esa ciudad por un exiguo número, pasa a conducir los destinos de un puerto pujante. En Mar del Plata aún no hay novedad, ni se sabe tampoco qué criterio político primará. Corría esta semana el rumor de que un compañero de ruta del concejal Páez seria el indicado y que los documentos de designación están a la firma de Kicillof. En tanto, Merlini tiene aún la firma, aunque casi no concurre ya al consorcio y la línea maneja todo. La respuesta en off a los dichos de Bustamante tienen su impronta, describiendo los éxitos que clama para su gestión y aseverando que el calado es más que suficiente y que quedó demostrado con el ingreso y egreso del crucero MS Hamburg. Hay mucho por hacer, y el balance negativo de la pesquería local lleva a señalar que sólo integrar el criterio de un puerto multimodal será la salida para un espacio que ya no es sólo pesquero, sino de carga y descarga. En este escenario es penoso que, tal como le atribuyen nuestras fuentes al intendente Montenegro, se esté dando impulso a la idea de favorecer la llegada del operador Murchison, que ya pasó por Mar del Plata en la década del ‘80 dejando un triste y lamentable recuerdo.