Malas lenguas 1271

De encuentros y objetivos. En campaña —aunque diga que en 2022 no se discuten cargos—, Patricia Bullrich recorre la provincia de Buenos Aires en una agenda exigidísima. En el encuentro político realizado en el complejo La Normandina, frente amucha gente muy atenta y ante sonados aplausos en varias ocasiones, «La Pato» bajó línea al respecto de cómo, a dónde y por qué ir por el triunfo en 2023, pidiendo un esfuerzo para ganar en primera vuelta con el 45% de los votos. Todo está ya a la vista, y su elección de llevar a Javier Iguacel a su lado, no es casualidad. Al tiempo que iniciaba esta gira, Twitter se llenó de cuentas que preguntaban qué opinión tenían los usuarios de la persona del intendente de Capitán Sarmiento y sobre su probable candidatura a gobernador.

De encuentros e incomodidades. El tema de la incomodidad de Guillermo Montenegro por las expresiones de Javier Iguacel en torno a la prospección petrolera, ya está citado en la columna de tapa de esta edición. Hay otras incomodidades. En el entorno del intendente le bajan el precio a Iguacel mal. Un alter ego del intendente dice «a Javier no lo respetan nuestros barones del conurbano, no le da la nafta». Y agrega: «si Kicillof y Raverta vienen por nosotros, lo hacemos al gordo gobernador de la provincia». Más allá de los intercambios por el tema de la prospección, Iguacel le agradeció a Montenegro que lo acompañó en su campaña a intendente, y éste le recordó que sólo le costó «un choripán». ¿Cómo estaba el lord mayor de la ciudad? Incómodo. Al finalizar, Bullrich fue aplaudida tal rockstar, mientras que «el gordo» partió raudo llevando su sonrisa autoportante, pasando en medio de la gente y, como veterano del rugby, esquivando todos los intentos por atajar su rauda marcha tras la cual partió raudo, debemos pensar, a darle la mamadera a los melli.

Estamos con vos, pero no tanto. Quizá sólo sea una cuestión de la condición humana, pero partió Montenegro y la gente —mucha— empezó a acercarse a Iguacel para decir, palabras más, palabras menos, «yo como usted creo que está bien lo del petróleo». Lease: no vamos a poner incómodo al intendente, pero nos parece bien. Para ser justos, los que sí están de acuerdo y se compraron el cuento de la costa empretrolada —muy pocos dentro de los presentes—, se lo querían comer al ex secretario de Energía y fueron parados de una por su ya rival a la candidatura de gobernador. Un caballero.

De aprietes y gestos de poder. Es la comidilla del multi Ladrey: la raspada que le pegaron al loser secretario de redacción Marcelo «sólo tomo whisky japonés» Pasetti los popes del FDT. Estando el gobernador en Chapadmalal, y a las puertas de una entrevista «exclusiva», se produjo un evento correctivo que tendrá larga repercusión. Axel Kicillof, el gobernador de la provincia, habló con el vacunado VIP natural de La Coruña para reclamar que el medio refleje ecuanimidad en su trato a los dirigentes locales, en particular al senador Pablo Obeid. Fue duro el tema. Y, se vendrán otras notas críticas a la gestión —o no gestión local— a diario. Para compensar, claro está.