Malas lenguas 808

Salida laboral. Así se considera, “salida transitoria laboral”, la que se otorga a condenados con el objetivo de reinsertarlos en la sociedad. Todo apoyado en la más sesuda ciencia sociológica, que busca incansablemente la reinserción social del individuo basado en los más puros preceptos constitucionales. Sin embargo, algo falla. Por caso, lo ocurrido a las puertas de este medio el pasado jueves 21en horas del mediodía, cuando un agente policial que transitaba por el lugar advirtió un sujeto a la carrera que se dirigía desde la calle Belgrano hacia Moreno atravesando Independencia. El funcionario policial vio algo raro (¿?), dio la voz de alto, recibió por respuesta un tiro efectuado desde un revólver calibre 38. Allí se produjo un intercambio de disparos y finalmente el sujeto fue arrestado a metros. Alejo Cuevas, el delincuente en cuestión, llevaba encima el arma, dinero y documentación. O el sistema fracasa, o Cuevas, como tantos otros, cuando sale “trabaja”, es decir delinque. Nos preguntamos: cuando salen a trabajar, ¿los cubrirá alguna ART?

Gente a la que la va bien. Hay de todo en la viña del Señor, seguramente diría Bergoglio, hoy Francisco I. Mónica Mabel Biasone asumió el Decanato de la Facultad de Ciencias Económicas, y así se consolida un polo de poder muy fuerte en la Universidad Nacional  de Mar del Plata. Es que doña Biasone, mamá de un joven que este año egresa del Colegio Illia, es esposa de Alberto  (“Albertito”) Rodríguez, mano derecha del rector Morea y hombre fuerte del Rectorado. Todo queda en la familia.

Y ya que por ahí andamos. Hablando de la UNMDP, se viene complicada la mano con los recursos para pagar salarios por las demandas de aumento que piden los gremios. En medio del conflicto, funcionarios de la universidad que actúan con la lógica del “vamos por todo”, intentan copar la vida diaria del colegio e impulsan a la militancia “K” a los jóvenes de la institución. En este sentido y para avalar la intención de, entre otros, Carlos Van Haubart, de sacar a empujones de la institución al Club de Padres, el hijo de Van Haubart, “Maxi”, y otros jóvenes, aleccionan a sus compañeros de que “por culpa del Club de Padres se deberá pagar un juicio a SADAIC de cincuenta mil pesos”. Documentación en nuestro poder revela que la deuda reclamada nunca sobrepasó los mil ochocientos pesos. Una cosa es el relato, y otra, la construcción de una calumnia de tamaña dimensión.

La reunión. Finalmente y cediendo a la intensa divulgación que el plan de los directores del Illia, Everardo Luna y Carlos Van Haubart, llevaban a cabo para desalojar al Club de Padres de las instalaciones del colegio, el rector Morea decidió reunirse con las autoridades del club. La reunión es descripta como tranquila, con detalles que vale citar. Por caso, la excusa de Van Haubart sobre sus dichos en Facebook. Van Haubart dijo que él no era autor de las maledicencias y groserías expuestas, y adujo que le habían jaqueado la página, comentario que provocó, literalmente, risotadas. A Van Haubart le faltó la nariz de payaso en esta ocasión. Morea estuvo sereno pero severo, y una y otra vez les negó la palabra a los directivos del colegio, asumiendo la total responsabilidad de resolver el tema. Veremos cómo sigue esta saga entre los que quieren “rastrojeros y no cuatro por cuatro”, y aquellos que sólo quieren ser solidarios y no estigmatizados gratuitamente.