Final y conclusiones I. Aún falta mucho en la batalla por dar verdad y justicia al tema de los derechos humanos. El resultado abrumadoramente absolutorio en el caso del jury al juez Pedro Federico Hooft -ocho votos a favor de la absolución y dos en contra- deja una lista de datos para analizar.Fueron 938 páginas en las que quedó evidenciado que la querella tuvo a su favor todo el aparato del Estado y apostó un pleno.
Aquí, en Mar del Plata, la presenca periodística estuvo signada por la “tarea” de los medios que a diario reproducían las gacetillas mendaces dictadas por el narcoabogado César Sivo y su colega Natalia Messineo, y la actitud melindrosa y cobarde del diario La Capital, jugando a dos o tres puntas y viendo cómo balconear el resultado, y una vez producido, darse el dique de una cobertura que periodísticamente fue penosa.
Final y conclusiones II. El día del veredicto estuvieron desde temprano César Sivo, José Luis Zerillo, Fernanda Raverta y Luis Alen, quienes coparon la calle con carteles incriminatorios e injuriantes. Llenaron la sala de grupos adictos, muchas caras conocidas de Mar del Plata (habrá que ver qué plata financió toda esa movida), e impidieron, por caso, que el senador Patricio Hogan ingresara a la sala de juicio por falta de espacio. Obvio es que manejaban información, ya que a la hora de la lectura del veredicto, en un hecho insólito por su naturaleza, Alen, Sivo y la troupe se retiraron para no estar presentes a la hora de su derrota. El comportamiento entre otros de Raverta, de la viuda de Alais, y del ex funcionario del juzgado de Hooft Oscar Yenni, integrante del gremio de judiciales, fue extremadamente vergonzoso: hubo de esa parte gritos, escupitajos y amenazas, una conducta propia de fascistas que sólo ven a la justicia como instrumento de satisfacción de sus propios intereres, no una expresión de la democracia que puede contradecir la propia opinión.
Y sigue el robo. A las denuncias por los carnets de conducir truchos, las IPP en curso por allanamientos sin orden judicial, o la protección municipal a una planta de congelados apropiada, se han de sumar las denuncias por ocupación ilegal de tierras. En este sentido nos relatan: “Grave problema tenemos en el barrio El Tejado, de Estación Camet, donde se vienen tomando lotes cercándolos de forma precaria con pedido de usucapión”. Sostienen los vecinos que para que esto sea posible, los datos sobre los terrenos deben salir del área de Catastro. “Hay sobrados antecedentes de venta de datos por parte de las autoridades de la Delegación Municipal Norte, en la cual el delegado Juan Carlos García hace la vista gorda”, señalan.
Nada nuevo, claro. Repasemos qué decía el ex titular del Banco Municipal de Tierras Javier Woollands en 2010: “Mantenemos nuestra cuota de dos o tres denuncias semanales”, para añadir que en verano no se modifica mayormente la cantidad de terrenos usurpados en el territorio del partido. “Hubo un caso aislado en la zona de Mario Bravo y Triunvirato, en el acceso al Apartur, pero en forma conjunta con el Enosur, que realizó una limpieza de terrenos, convencimos a la gente que pretendía instalarse allí de buscar otros horizontes. Lo mismo ocurrió con unos cinco terrenos en Batán, pero actuamos rápidamente y no se llegaron a concretar las ocupaciones”, contaba en ese entonces el ex vecinalista, que viene enfrentándose con esta situación casi desde que asumió el cargo en la Municipalidad.
“Se sabe que en muchos casos los ocupantes cuentan con datos fehacientes sobre quién es el verdadero propietario de los terrenos, lo que sin duda les permite “elegir” el momento y la forma de la operación que van a realizar”, graficaba. Subrayamos: dicho en 2010, de actualidad en 2014. Fabián Uriel Fernández Garello y Gustavo Arnaldo Pulti, ¿también necesitarán cuatro años para actuar? ¿O en este caso más tiempo?