Malas lenguas 940

El juicio. El juicio a la CNU venía para ser el juicio del siglo. Pero resulta que lo ocultan mediáticamente por el desastre gravoso que provocan los testimonios de los declarantes al detonar, acusación por acusación, las afirmaciones que se habían colectado en el denominado Juicio por la Verdad que llevaron adelante los tres tristes tigres del TOF MDP, los jueces Portela -falso declarante-, Falcone -declarante sólo por escrito- y Parra -ausente sin aviso-. Las contradicciones entre los testigos por circunstancias y hechos de los calientes setenta abren un panorama más que interesante para arribar a la verdad. La contadora Salerno hizo un relato épico -cual si fuera Angelina Jolie en “La agente Salt”- de su periplo por los campamentos del CNU en busca de la verdad sobre la muerte de su entonces novio Daniel Gasparri, pero sus dichos contrastan con lo referido por Ricardo y Beatriz Elizagaray, hermanos de Pacho.

El interrogante. Ellos recordaron que su hermano Pacho Elizagaray no vivía con ellos, no sabían dónde vivía por motivos de seguridad, y que su padre, militar retirado y abogado, mantenía una muy estrecha relación de amistad con el coronel Valín, jefe de la inteligencia del Ejército. Fue este quien les comunicó que Pacho figuraba en una lista y les aconsejó que dejara la ciudad por motivos de seguridad ya que su vida corría peligro, advertencia que fue desoída por el joven militante, lo que le costó la vida. La declaración de los hermanos Elizagaray abre un interrogante: ¿quién era el coronel Valin? El coronel de Inteligencia Carlos Alberto Valín aparece detalladamente en el libro del periodista estadounidense Martin Edwin Andersen, quien en un reportaje publicado en La Nación señala que “Firmenich trabajaba como informante, que es la palabra que utilizó Sher (Robert, delegado del FBI en Buenos Aires en aquellos años) hablando conmigo. Firmenich, por lo menos desde 1973 era informante del coronel Alberto Valín, quien llegó a ser el jefe de inteligencia militar de la Argentina, y también era socio de la administración Reagan en América Central con los “contras”. Además, y como consta en “Dossier Secreto”, hice toda la argumentación circunstancial en contra de Firmenich y hablé con Sher al respecto. Me carteé con él y mantengo dos cartas, de las que puedo entregarle a Bonadío copias fieles, con su firma. Allí él insiste en que Firmenich era informante”. Curioso punto de contacto entre Firmenich y la autodescripción que Salerno hace de sí misma en el juicio celebrado en el TOF.

No ceden. A diario desde su salida a las calles de la ciudad, la denominada policía local es vista en grupos de por lo menos tres agentes. Todos vestidos de impactante azul Francia -por lo que se han ganado el mote de “Escuadrón Pitufo”-, los pitufos y pitufinas de GAP recorren las calles de a pie, pero no por mucho tiempo más: es que se ha hecho una compra directa de bicicletas y equipamiento para el escuadrón de bicipitufos, que se las trae. La compra, sin licitación o compulsa de precios, tendría una mancha en el orillo: el CUIT se corresponde con un negocio de imprenta de Capital Federal. Habrá más colores para este boletín.