Malas lenguas 941

En la recta final. Los que cuecen el ajo de campaña saben que el único interrogante a nivel de la elección local es si Cambiemos, con Arroyo, ganará por diez o por doce puntos a Cospelito/ Perogrullo en la contienda local. Todo lo que se generó para desgastar a la persona y figura política de Arroyo hizo más bien el efecto contrario: le sumó votos, en una sociedad harta de maniobras y operaciones negras. Tan solo está Pulti, que la campaña de Scioli en Mar del Plata lo ignora especialmente. Scioli eligió comunicarse per se con los marplatenses en un mensaje que pone énfasis en la terminal de cruceros (nunca ingresó uno), el puerto (no halla su camino), y el museo MAR, ajeno al interés de los marplatenses. Su comunicación ignora lo que los marplatenses aguardan del poder: seguridad, hospitales, servicio de ambulancias y distancia de Florencio Aldrey Iglesias, política y comercialmente. En la recta final, ni Scioli ni Cospelito entienden de qué se trata el sentir marplatense.

De cambio. Así está el concejal Hernán Alcolea, quien desde el FR pide públicamente que Felipe Solá se baje de la candidatura a Gobernador y despeje el camino a María Eugenia Vidal. El anuncio cayó como bomba, e hizo saltar detritus políticos por todas partes. Alcolea no se quedó allí, y se apuró a señalar que la plata que han recibido los hermanos Trujillo, compañeros de ruta de Pulti, son cuatrocientos millones en moneda constante por viviendas no realizadas para erradicar la villa de Paso.

Debate patético. El que protagonizaron en Canal 10 los candidatos Pablo Farías, Lucas Fiorini, Alejandro Martínez, Carlos F. Arroyo y Gustavo Arnaldo Pulti. Martínez, de la izquierda, fue muy directo y conciso en su crítica, lejos del acuerdo que a obvia vista existía en la relación entre Pulti/Farías/Fiorini. Pese al esfuerzo de “Ahora 10” por descalificar a Arroyo, la respuesta de televidentes y lectores es clara: la urna será más clara aún al momento de señalar qué piensa, qué cree y qué vota Mar del Plata.

Charlas en palacio. Florencio Aldrey reúne desde hace años a una troupe que le dispensa halagos flatulentos a su persona, haciéndole sentir, como al rey del cuento, que su desnudez luce cual maravillosa vestimenta. Florencio hace como que nada, que la PASO sólo reflejó la derrota de “este chico” -que vendría siendo el intendente Perogrullo-, al que da por perdido y ya no le dedica espacio en La Capital, quitándolo hasta de las fotos. Florencio avanza en su idea de autoelogiarse ad infinitum intentando denominar “Paseo Aldrey” al nuevo shopping, lo cual será imposible, toda vez que la Ley de Homenajes y Monumentos especifica algunas cuestiones tales como: “Valores de identidad (basado en el reconocimiento). Este grupo de valores está relacionado con los lazos emocionales de la sociedad hacia objetos y sitios específicos. Pueden incluir las siguientes características: edad, tradición, continuidad, conmemoración, leyenda, o bien vínculos sentimentales, espirituales o religiosos. Pueden también ser simbólicos, patrióticos o nacionalistas. Nada de ello se cumple aquí, en contrario a lo expresado por el candidato de “Progresistas”, Pablo Farías, que recorrió con el brigantino emprendedor el nuevo shopping bajo la idea de que el don tiene su nombre integrado a la comunidad. Ese nombre no tiene tradición, no es conmemorativo, ni espiritual, ni religioso, es simbólicamente desagradable y obvio no es patriótico, ni nacionalista por cierto.