La insólita historia del asesino ruso preso en Ezeiza
Yuri Kepych fue condenado a perpetua por apuñalar a un compatriota. En el penal se convirtió en una leyenda: las autoridades pidieron que evite todo contacto con los Lanatta y Schillaci. El hijo que adoptó para evitar la extradición, la sombra de la KGB y sus presentaciones seriales ante la Justicia.