Antón Pirulero
Todo un año penando entre ajustes exigidos por Alemania y rechazo callejero a las imposiciones externas. Con histriónicos lamentables en el poder o con técnicos austeros tratando de lavar la imagen. Finalmente, Italia llegó a las elecciones y, por el resultado, parece que cada cual quiere “atender a su juego”. Malo para Italia. Malo para Europa.