Algo pasa en el sur (y no es la ecología)

El primer encuentro programado para esta temporada alta de 2023 en el balneario Casapampa/El Calamar Loco estuvo a muy poco de convertirse en un caos de proporciones.

¿Por qué? Porque una treintena de personas —las mismas que activan en contra de otros balnearios de área, y forman parte del núcleo que activó por cuatro años en cuestiones vinculadas a los servicios públicos de salud en Chapadmalal— van por la destrucción material de las inversiones en el sector de forma sistemática.

El grupo —que ahora pasó a denominarse Asamblea Siempre Verde— recibió una carta documento por parte del presidente del EMTUR, Bernardo Martín, expresando un «ya basta» a este esquema de apretar de forma belicosa, como ya se ha tornado de estilo para este grupo que practica técnicas de alteración social típicas de la izquierda y que refleja una activismo para nada inocente.

No sólo van por la alteración sistemática del orden, sino que recurren al sistema judicial con argumentos increíbles: ahora se trata de enmarcar la construcción de una escalera que permita el acceso al balneario como una «violación de un punto de interés paleontológico».

En ocasión del primer encuentro de música electrónica en el lugar con la presencia internacional del DJ de Países Bajos Eelke Kleijn, hicieron un piquete frente al acceso, impidiendo la entrada, pese a la presencia de las fuerzas policiales que estaban de decorado, ya que tenían órdenes estrictas de la fiscal de turno, Romina Díaz, de no intervenir.

La idea de la defensa de las garantías constitucionales en el Departamento Judicial Mar del Plata, es curiosa: nunca está a favor de la actividad privada, ni del que hace. Generan este estadío de «piedra libre» que campea por estas playas.

Encima, hacia adentro de la administración municipal hay una interna que no ayuda: voces —por ahora, en off— cargan contra el secretario de Gobierno, Santiago Bonifatti, y el delegado municipal de Chapadmalal, Tony Curuchet. Que haya diversas posturas dentro de la misma gestión no suma. Falta una unidad de criterio que permita respaldar fuertemente a quienes ponen la cara para darle a nuestra ciudad un sesgo internacional. De hecho, el EMTUR tiene validado el dato de que las fiestas electrónicas han sido motivo de interés para turistas de 45 nacionalidades distintas a la hora de elegir visitar nuestro país, y Mar del Plata en particular.

Nada de lo que se postula es serio, y aún es menos serio el rol del sistema judicial, que apaña estas carnestolendas nada inocentes.

No se le puede dar valor a las denuncias de estos grupos que cambian de cartabón según la ocasión, pasando de ser la Asamblea Luna Roja a la Asamblea Siempre Verde, etc. En relación a las denuncias en contra de Luna Roja, el fiscal Rodolfo Moure fue claro al sostener la tipicidad de los delitos de carácter ambiental alegados, determinando la inexistencia de los mismos.

Algo pasa en el sur, y no es la ecología.