Fin de una era de impunidad y sevicia

El poder de Florencio Aldrey Iglesias se construyó a lo largo de décadas imponiendo condiciones serviles a la clase política lugareña y conviviendo con los poderes provinciales y nacionales. Esa construcción que llevó, por ejemplo, al exintendente Blas Aurelio Primo Aprile a decir, ante propuestas de inversión en Mar del Plata, “vayan a ver qué dice Florencio”. ¿Y qué decía Florencio? Y Florencio decía: “es sencillo; dame el 15% de tu negocio y te garantizo al intendente y los concejales”. No fue en una sino en más de una ocasión que esta manera de entregar la cosa pública funcionó, llegando al paroxismo con Gustavo Arnaldo Pulti. Así Aldrey Iglesias se apoderó del área del Paseo de las Toscas, destruyó los míticos barcitos, y levantó el paseo Hermitage, retorciendo hasta límites increíbles la ordenanza que le entregó el área, para colocar allí una sala de juegos de azar que el pliego prohibía expresamente.

El expediente había sido convenientemente derivado a la justicia ordinaria, en donde dormía larga siesta. El motivo: hacerlo desparecer del circuito administrativo y evitar que se pudieran reseñar las irregularidades que se cometen en la concesión. Hallar el expediente de concesión del playón y Paseo de las Toscas fue un largo y tedioso trabajo, que llevó más de un año poder leer y evaluar así el camino a seguir, concretado, en su inicio, el pasado jueves 16 de agosto.

Un dato: jamás se hizo la habilitación municipal del emplazamiento en donde funciona el Casino del Mar. En todos estos años nunca pagaron un centavo de lo que cualquier vecino que habilite un pequeño negocio deberá oblar al erario comunal. El coruñés emprendedor recurrió lloronamente a la gobernadora Vidal, y recibió por respuesta un “veo qué se puede hacer”. Lo que” había que ver” era simple: cumplir las disposiciones vigentes, nada más que eso.

El pliego de concesión es tan mendaz, que el concesionario paga por año 110.000 pesos. Sí, lo que leyó: menos de diez mil pesos mensuales. Eso sí, cobra carito por el uso: Bolt le paga a Iglesias un millón y medio de dólares anuales en concepto de alquiler más una parte del beneficio que deja la sala. Pingüe negocio, claramente.

Es obvio que el juego de presiones es inmenso. Lotería dio instrucciones a la Fiscalía de Estado para que intervenga: alegarán que Lotería, por ordenamiento constitucional, no debe pedir permiso para operar las salas. Sí, claro, pero el local de marras no es de Lotería, sino una concesión municipal, y ahí sí la comuna tiene pleno poder para actuar .Y actuó.

Los letrados de Bolt llamaron en la tarde del jueves 16 para decir que se ponían a tal disposición. Tal fue la presión de la que fueron objeto, que cambiaron de criterio y se presentaron a impugnar en la mañana del día 17. El juez de faltas López Martucci les dijo nones, y la clausura se mantiene en tanto no se regularice la situación de la concesión. Parafraseando al intendente, al ser consultado por los dichos de la Gobernadora en relación a si aportó o no a la campaña 2017: Vidal que diga lo que quiera.