Haciendo como que

Las elecciones de medio término en este 2013 recolocaron el fiel de la balanza en su lugar. Escrutadas todas las mesas, el resultado reflejó que el voto de los marplatenses volcó hacia Vilma Baragiola, quien avanza en una aventura personal ya notable. No menos que la de Carlos Fernando Arroyo, quien quedó muy cerca de Alejandro Ferro, en una demostración que revela claramente que en Mar del Plata trayectoria mata billetera.

No hay cifras, pero es evidente el despliegue absurdo y vulgar de dinero que llevó adelante la campaña de Acción Marplatense. Florencio Aldrey Iglesias ha señalado a ocasionales interlocutores que cada contratapa de La Capital les fue facturada a los accionistas marplatenses en cincuenta mil pesos, cifra importante para cualquier medio local, pero quizá una bicoca al lado del millón ochocientos mil que abonaron sólo en Canal 8 para las PASO.
Sin embargo, ha quedado claro que no todo es dinero. Ahora Pulti se lanza a un festival de anuncios: noventa millones para seguridad y la creación de una Secretaría, que elevará de rango a la Dirección de Seguridad que titula César Ventimiglia.
Sin esbozo alguno de vergüenza, Pulti anuncia junto al ministro Randazzo una vía paralela a las vías de acceso a la ciudad para el ingreso de los vehículos de larga y media distancia. Un Randazzo un tanto ausente de qué es importante para Mar del Plata: al anunciar el dragado con fecha de inicio el 15 de diciembre, señaló que era prioritario para facilitar el ingreso de cruceros hacia el mes de marzo del año próximo. Pero de la pesca, ni una palabra. El ministro ignora que la pesca es y sigue siendo aún la principal actividad del puerto; ignora también que la falta de calado provocó que los containers que se exportan a Europa y el mundo no se puedan embarcar en este puerto, y enviarlos vía el puerto de Buenos Aires implica una erogación extra que fuentes del sector estiman en veinte millones de dólares año.
Digo que Pulti no tiene atisbo de vergüenza porque luego de enviar a la curul Débora Marrero cual “chicho” vil a lanzar diatribas hacia Baragiola, el hombre se ha quedado desnudo, vocifera y maldice por no haber sido capaz de prever el impacto electoral de sus pésimas decisiones. Es así que ha señalado a sus seguidores que a Vilma le han perdonado demasiado. “Le vamos a marcar la cancha y la vamos a cuestionar por todos los medios”. No debería ponerse tan nervioso, más bien debería tomar conciencia de que llegó al sillón de la intendencia por las pésimas decisiones y estrategias de su antecesor, Daniel Víctor Katz Jora, quien hasta ahora ha sido su mejor jefe de campaña. Las pésimas decisiones de Katz fueron, a saber: elección tardía del candidato a intendente, llevar la boleta del Frente para la Victoria sin ser el candidato al cargo, y el error mayor, el de menospreciar la base del voto radical que se encolumnó detrás de Baragiola, privando a Sergio Fares de la oportunidad que hubiera cambiado este tramo breve de esta pequeña historia.
Es tan limitado Gustavo Arnaldo Pulti, como su promedio para concluir después de algo más de una década sus estudios de contador público. No entendió nada. Copió a Katz, y siguió su programa de gobierno: emisario submarino, predio de disposición final de residuos, licitación del transporte. Nada nuevo. Pero sí los mismos errores, como dejar de lado su impronta local y sumarse a un colectivo político que no le es propio, el peronismo, siempre tan variopinto y cambiante.
Es tan pobre lo suyo, que el anuncio de esta vía de ingreso de micros a la terminal de San Juan y Luro ya era parte de una propuesta original elaborada y presentada durante la intendencia de Blas Aurelio Primo Aprile por el bloque de la UCR, que Acción Marplatense envió a archivo caracterizándola de “estupidez”.
Gustavo Arnaldo Pulti no aprende. Hace como que, y cree que así, está haciendo.