Fue en medio de la fútil batahola por el pliego del trasporte que entrevisté al concejal de AM Horacio Taccone, quien se abocó a la plañidera expresión habitual de los curules en nombre de los bataneses y marplatenses: “no puede ser que viajen en este modo y que el pliego haya caído privando al ejecutivo de cambios que los protejan como usuarios del sistema”.
Para agregar —siempre en el mismo tono plañidero—: “tampoco es posible que el ejecutivo impulse una tarifa impagable de $93 que caiga sobre los más necesitados”. Lindo párrafo populista.
Lo que hay que hacer, es lo que no han hecho. Lo que no hizo el ejecutivo, y lo que no impulsan ni los concejales, ni los diputados, ni los senadores provinciales, que están en otra cosa. ¿Qué hay que hacer? Gestionar el subsidio del Estado nacional, tal como lo hicieron en su momento el ex intendente Carlos Fernando Arroyo y quien era su secretario de Gobierno, Alejandro Vicente.
En 2019 se procuró y se obtuvo un subsidio de $132 millones que permitió sostener la tarifa plana hasta agosto de 2020 e implicó un acuerdo con la Secretaria de Transportes de la nación. En dicho acuerdo, fue un actor central el ex director de transporte y transito, Claudio Cambareri. No hay que competir con Elon Musk para conquistar marte, sólo repetir lo que ya se hizo.
Al plantearle en la 99.9 a Taccone el caso, su respuesta fue “yo no lo sé, pero si vos lo decís, lo tomo”. Increíble desparpajo para hacer como que lo obvio no existe. Ante lo evidente, se corrigió y aseveró que bueno, que sí, que es lo que habría que hacer…
Hablan en nombre de los “batanenses y marplatenses” e ignoran lo que está a la vista de todos. El subsidio se publicó en todos los medios digitales de la ciudad, y en radios del más diverso pelaje ideológico. Es irritante que hablen en nombre de la gente, y vivan en una nube de gases pretenciosos que van como el tranvía de Zanoli, de ningún lado a ninguna parte.
Si bien la caída del pliego vía el voto negativo del concejal Alejandro Carrancio provocó una explosión de bengalas luminosas y lleva a su literal expulsión del bloque de Vamos Juntos, lo que deberían hacer, es agradecerle. El pliego es inviable. Cargar el costo de la obra pública sobre la tarifa, no hay subsidio que lo componga.
Nada es tan complejo. El problema es que en cada turno hay uno, o dos, o tres concejales que creen que van a hacer su carrera política perorando sobre el sistema de transporte. Pasa desde Julio Sanguinetti para acá, y eso que Sanguinetti era muy inteligente, no como alguno de estos nardos que hoy demeritan al Concejo pensando que hablar del “boleto” les da visibilidad mediática. Es sólo eso: fuegos de artificio, sin compromiso real.
Sencillamente, stufan.