Vueltas de la noria
Una suerte de rito sin sentido se repite una y otra vez en Mar del Plata en cada ocasión en que la tarifa del boleto plano debe ser valorizada por el Gobierno comunal: el actor de turno en el Ejecutivo debe rodearse de una parafernalia de palabras para justificar la modificación tarifaria, y la oposición debe hallar suficientes términos de crítica como para llamar la atención sobre su actitud, que no es otra que la defensa de los intereses de la clase trabajadora. Así se reparten los roles.