Columna de tapa, escrita por el periodista José Luis Jacobo
Llegaron a Mar del Plata para llevar sus carnestolendas al Gran Hotel Provincial. Como los mejores gobiernos conservadores, le pusieron una fortuna —a precios totalmente fuera de lo que dicta el mercado— al gárrulo Ladrey para hacerse una manuela ideológica en la que anuncian un plan quinquenal, como si estuvieran en condiciones de arrasar en las elecciones de este año.
Luego de décadas, los argentinos comenzamos a internalizar la idea de que el Estado es una organización cuyo objetivo es ordenar a la sociedad y cuyo objetivo supremo es el de resolver las demandas de los ciudadanos.
Tras la detención de Evangelina Maldonado por venta de drogas en el barrio San Martín —más precisamente, en la zona conocida como Villa Mateotti— de dió una operación de prensa cuyo objetivo fue favorecer la imagen del fiscal de drogas del fuero provincial, Leandro Favaro.
Durante el gobierno de de Stalin, hubo un momento en el que todas las repúblicas socialistas soviéticas fueron arrastradas a una inmensa locura criminal cuyo enorme saldo fue la muerte de un millón setecientas mil personas, muchas de las cuales fueron condenadas a la pena capital en los que fueron conocidos como «Los juicios de Moscú».
Tienen suerte, porque no hay modo de que la fiscal general de EEUU durante el gobierno de Barak Obama, Loretta Lynch, aduzca que, como los mensajes para llegar al acuerdo pasaron por un servidor estadounidense, eso es motivo suficiente para iniciar otra investigación como la que, en 2015, llevó ante los tribunales de Nueva York a 17 dirigentes de la FIFA.
Tal como señalé en la edición 1327 de este mismo espacio, por su trágica suerte, Lucía Pérez no se merecía que su posteridad sea utilizada de la forma cruel y perversa en la que se lo está haciendo.
