En el centro de formación profesional de la UOCRA, se inauguró un sector que lleva, de ahora en más, el nombre de «Ingeniero Miconi». Chappeau. No será una plaza ni una calle, pero sí un sector en un complejo perteneciente al gremio más fraudulento de la ciudad.
Un gremio manejado —porque conducir, es otra cosa— por un ex guardavidas de Miramar que llegó a ese lugar del mismo modo extraño que lo hizo un ex integrante de los servicios de inteligencia al cargo secretario general de la UOCRA nacional, manteniéndose allí desde el regreso de la democracia.
Los hermanos Trujillo están unidos por la misma línea oscura que Gerardo Morales al gobierno de facto que presidió Jorge Rafael Videla, y que sostiene hasta hoy el logro mayor de los servicios de inteligencia del proceso: haber colocado, en áreas clave, a hombres propios.
No haré mayor cita al respecto de Fernando Miconi. Lo que tuve que decir, lo puse por escrito en este espacio y se lo expresé en persona cuando me interpeló en el café de la esquina de La Rioja y Colón cuando, en plan molesto, me inquirió de mal modo por mis dichos.
Sí señalo que la puesta en escena, y los dichos de César Trujillo, hablan por sí solos. Ambos —el homenajeado y el secretario general, anche su fallecido hermano— han sido y hoy aún son tributarios de Ladrey Iglesias, lo que lleva otra vez al proceso y a las relaciones tejidas en esa época, que le han provocado tanto daño a Mar del Plata.
Una historia expresada por un constructor en los inicios de la década del 2000, vale para ilustrar lo que señalo: el hombre luchaba contra la administración y el Concejo Deliberante para que le aprobaran una excepción. Se cruzó con un par que le dijeron: «usted se equivoca, vaya a verlo a Trujillo y déjele 50 mil dólares: el expediente se los sacan exprés, y el costo, lo reparte entre los compradores».
Si bien ese sistema ya no opera hoy, estuvo vigente durante años. Todos los que fueron al homenaje conocen de esto, así como la conveniencia de iniciar obras por la compañía del homenajeado en aquellos años, que facilitaba todo también, gracias a la vía expedita que implicaba su relación con el vacunado VIP.
Creo que si existiera el castigo social, todo esto no ocurriría. Amén de ello, se vanaglorian de lo espurio. Se han quedado con obras que eran para otras empresas por tener atada la triada con el gremio y con el primer valijero. Muchos eligieron no luchar, y otros se fueron de Mar del Plata.
César Trujillo, millonario con juicios paralizados por la situación de poder que se da en Mar del Plata, busca de algún modo un lustre que nunca va a tener. Todos lo que fueron a aplaudir y a emocionarse, saben bien que, lo que expreso, es tal cual: el pasado pesa, aunque se compren los medios para borrar archivos, historia que queda pendiente pero que será expuesta, como tantas otras que hacen a grupos y personas que, con sus ambiciones materiales, tanto daño le hacen a la ciudad.