Lo he citado en esta columna: Gustavo Arnaldo Pulti encaja a la perfección en la figura del “bovarista”, aplicada a aquel que se ve a sí mismo por encima de quien probadamente es. En su perorar del 25 de Mayo, el intendente se definió “invencible”. Fue un largo soliloquio, en el que haciendo como que le hablaba al vecino, describía su mirada sobre sí mismo. “Somos invencibles, como vecinos, amigos, padres, funcionarios”. Habló de honestidad y de su probidad. Es una figura archiconocida de la psicología que se subraya de la personalidad aquello de lo que se carece.
Horas después, con una encuesta en mano, señaló: “Hay una situación bastante incierta hoy en el tema de la policía municipal”. Y se lanzó a criticar a quienes no lo acompañan o no se someten a sus dictados.
Pulti reclama propuestas, así que me animo, desde esta modesta plataforma, a plantear lo siguiente: se podría tomar el trabajo elaborado por el bloque de la UCR, y utilizar 140 millones de pesos anuales hoy mal empleados en dar elementos serios y ciertos a la policía para funcionar como corresponde; vehículos, personal, equipamiento, y además crear un centro único de recepción de denuncias por e-mail, a fin de evitar la pérdida de denuncias que el actual sistema provoca de manera deliberada. También utilizar la información para establecer perfiles delictuales, llevar adelante los operativos de identificación de vehículos para poder detener a quienes conduzcan vehículos robados, y no como ocurre ahora, que secuestran las motos y los ladrones se van caminando como si nada ocurriese. Sugiero la incorporación de personal capacitado en el centro de monitoreo, y no como ocurre en el presente, que está lleno de amigos y queridas, todos acomodados dirigidos por el inepto de César Ventimiglia.
Esta semana, la UCR presentó una denuncia que inhabilita a Beatriz Arza para ser presidente de la Junta Electoral que tendrá por función supervisar la consulta popular del 9 de junio. No se trata de sal o vinagre; es la ley la que indica que Arza, como integrante de la Defensoría pública, no puede ejercer dicho rol.
Los agitadores del Sí son un conjunto variopinto de vividores menores del erario público, está claro. En líneas generales, inútiles buenos para nada, un grupete de fracasados que sólo aspira a subirse al colectivo de la alegría que propone Pulti, pagado con plata de los contribuyentes. En tanto, el crimen se envicia con los marplatenses. Un vecino de la zona de Chile y Bolívar, a cuadras de la seccional cuarta, fue asesinado a cuchilladas por un individuo joven. Carlos Espina, de 45 años, fue asesinado con arma blanca por Martín Luján, de 20. En esa zona, los vecinos vienen denunciando que viven en una auténtica “zona liberada”. El término no les gusta a las fuerzas policiales, pero es la figura más ajustada con que la sociedad puede expresar su desazón y decepción ante la criminalidad imperante.
Estamos ante una criminalidad aupada por un sistema garanticida que ve a la víctima como victimario, que establece perversamente una puja entre el que posee y el que no posee. Se esconde allí una lectura de corte claramente marxista: “El delincuente rompe la monotonía y el aplomo cotidiano de la vida burguesa. La preserva así del estancamiento y provoca esa tensión y ese desasosiego sin los que hasta el acicate de la competencia se embotaría. Impulsa con ello las fuerzas productivas. El crimen descarga al mercado de trabajo de una parte de la superpoblación sobrante, reduciendo así la competencia entre los trabajadores y poniendo coto hasta cierto punto a la baja del salario y, al mismo tiempo, la lucha contra la delincuencia absorbe a otra parte de la misma población”. (Karl Marx)
¿Aberrante? Es obvio que hoy todo está en duda, incluso la misma idea del bien y del mal.