1) Daniel Scioli
(más trucho no se consigue)
Negó la paternidad a una hija suya. Ficcionó un matrimonio para la campaña electoral. Exigía a su amante que abortara. Destruyó las finanzas públicas de la provincia. ¿Cómo no va a votar una ley cuestionada sin el debido respeto por las instituciones republicanas? Nada de qué extrañarse.
2) Fabián Messina
(alerta de sentido común)
Una situación que ya excede la palabra. La crisis de consumo de drogas, que incluye la práctica de consumir el saldo de la cocina de sustancias es un alerta que no puede ser ignorado. El informe de Posada del Inti debería marcar las prioridades para las autoridades de salud.
3) Chucho Páez
(unos sí, otros no)
Quiere repudiar la prisión domiciliaria de aquellos que, condenados por crímenes de “lesa humanidad”, reciben dicho instituto previsto en la ley y que implica un derecho constitucional. Eso sí —madre de las contradicciones—, milita la libertad de Milagro Sala.
4) Viglione & Larsen
(cómplices imprescindibles)
La sala 1 de la cámara penal puso las cosas en su lugar: estos dos pillos deben pagar por sus delitos de manera que no sea un paseo de fin de semana por Batán. Fiscales de delitos económicos, ausentes sin aviso.
5) Corina De Bonis
(procesada por mentir)
La docente solidaria que denunció haber sido raptada y amenazada de muerte en la localidad de Moreno, ahora es acusada de mentir y engañar, por lo que quedó sometida a proceso penal. SUTEBA calla. Silencio que no es salud.
6) Julio Di Virgilio
(el fin de la aventura)
Ya no sabe qué explicar. Le dieron unos pesos en enero para tranquilizar el verano, él desplegó la gente de por las playas y ahora no hay quién les pague. El fin de una aventura y de un esquema de negocios que duró demasiados años.
7) Horacio Taccone
(el que avisa…)
Avisa: hay que informar, acompañar a la gente ante el drama global del coronavirus. Pedir que se actué es, cuando menos, un deber esencial del rol de un curul. Deberían escucharlo.
8) María Eugenia Vidal
(dadora de tiempo)
Sorprendió a los distraídos: pidió tiempo para el gobernador Axel Kicillof. El tiempo que su sector nunca le dió a Mauricio Macri cuando gobernaba la nación. No es de extrañar: su conducta protegiendo a Daniel Scioli es algo que habla por sí solo.
9) Daniel Núñez
(de cinco pesos, no)
Le dieron un vuelto en billetes de cinco pesos, y se enojó más que con el ninguneo de la actual conducción política de la ciudad a su sector. Les dieron cargos, pero no les dan espacio para hacer política.
10) Ricardo Alfonsín
(ya no hay dudas)
Eligió Mar del Plata para lanzar brulotes al gobierno de MM. Nada que extrañar: nunca se bancó la alianza con el PRO, y siempre fue connivente con los kukas. Ahora embajador de Alberto, hace abluciones como converso en misa.