1) Adrián Giménez
(ya fué, entregá, te vaciaron el gremio)
Nunca destacó por ser un tipo despierto. Siempre fue más bien mediocre. Ahora, está como de florero de cala vieja en el cementerio, okupando la seccional local de la UTA. Debería hacerle el favor a la comunidad de entregar la llave y desaparecer de una buena vez de escena.
2) Kelly Olmos
(ministra de Trabajo, autora de ficción)
La autora de ficción política que se autopercibe ministra de Trabajo apostilló que el paro de choferes es ilegal porque la facción que lo impulsa perdió las elecciones gremiales. Hay un fallo confirmado en la cámara que definió la situación a favor de los protestantes, demostrando que son ellos quienes ejercen el poder.
3) Juan Pablo Lódola
(haciendo lo que hay que hacer)
Hizo lo que hay que hacer y ordenó detener a los avivados impulsores de la toma de tierras, cuando menos en el caso de la del barrio Libertad. En la otra toma, juegan el juego de la «conciliación». ¿Okupa es okupa? ¿O hay okupas, y okupas?
4) Daniel Barragán
(always at your service)
Quedó expuesto el Defensor del Pueblo como el correveidile de los intereses de la provincia en colusión con intereses privados cuando jugó a apaciguar las expresiones de los vecinos del barrio de Colinas de Peralta Ramos afectados por la nefasta operación de la central 9 de Julio. Siempre servil.
5) Cecilia Boeri
(integridad)
La jefa de los defensores judiciales expuso su posición ante el atropello a las instituciones que supone la presión política que ejerce la primera magistratura del país en la persona de Alberto Fernández en el malhadado caso «Lucía Pérez». Ejemplar.
6) Alejandro Rabinovich
(acciones delictivas)
No se anduvo con vueltas y devolvió gentilezas: cortito y al pie, al respecto de la toma de tierras, soltó: «las tomas son dirigidas y comandadas para originar caos». Agregó: «estamos en contra de la delincuencia y el miedo». Muy bien.
7) Eugenio Veppo
(beneficiado por una ideología perversa)
El asesino de la funcionaria municipal de CABA Cintia Choque, recibió la gracia de una rebaja de su condena de tres años. En la mente de los funcionarios judiciales, la vida de las personas vale muy poco.
8) Victoria Tolosa Paz
(jugando a distraer)
Carga contra el dirigente político Eduardo Bebiloni, un tremendo ladri. Pero hace como el tero: cuanto más ruido, más negocios para los compañeros de ruta del Evita y Barrios de Pie. Tremenda canalla.
9) Javier Faroni
(¿será angurria?)
Se hizo de un lugar en el poder durante los años de la gobernación Scioli. Empezó como un modesto productor teatral hasta elevar su performance pública a alturas notorias. Quedarse con la venta de las entradas de los partidos de la selección lo puso en un lugar demasiado visible. La angurria suele provocar indigestión.
10) Miguel Ángel Pichetto
(dando cátedra)
Está dando lección de ciudadanía: asume contracorriente el debate al respecto de la intrusión ideológica escondida detrás de las banderas de los pueblos originarios, que es algo que debe ser explicado y denunciado. Así es como se debe decir, hacer, y actuar.