Giro de 360º en la industria discográfica

Para hacer frente a la caída en la venta de discos, las compañías discográficas buscan nuevas estrategias. Luego de fusionarse, varias empresas trabajan en el “management 360 grados”, compartiendo con bandas y artistas las ganancias por las ventas tanto de discos, recitales y sponsoreos.

Buscando nuevas alternativas para seguir con su negocio, las compañías discográficas intentarán una asociación integral con bandas y artistas para compartir ganancias por las ventas de discos, recitales y sponsoreos.
Hay cifras que, en la actualidad, se vuelven imposibles. Por ejemplo, el disco “El amor después del amor” de Fito Páez fue el más vendido del rock nacional, con 1,1 millón de copias. Pero “hoy el negocio no pasa por la venta del CD, sino también por la sincronización con shows, promociones y publicidad”, explica Charly Vázquez, director de Marketing de EMI, una multinacional de larga trayectoria en el país.
Todos los sellos se encuentran en pleno proceso de reconversión y apuntan a diversificar su cartera de negocios ante la inminente caída en la venta de discos. Según indica CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas), el sector ha facturado en 2011, por la venta de “soportes específicos” (es decir CD y DVD, entre otros), un total de 362 millones de pesos, sin aclarar cuántas unidades se vendieron en coincidencia con el retroceso del negocio. En apenas una década, las ventas cayeron estrepitosamente, indican desde CAPIF.
En el último tiempo, con las discográficas todavía posicionadas, se produjeron adquisiciones y fusiones que generaron un mercado argentino repartido entre las tres grandes firmas multinacionales: Sony-BMG, Universal-EMI y Warner Music, junto a un puñado de empresas medianas y pequeñas de localidades puntuales y específicas. Ahora, todas apuestan al “management 360 grados”, una asociación integral y diferenciada con cada banda o cantante para compartir los ingresos por venta de discos, entradas de recitales y auspicios de todo tipo.
“Este año abrimos el negocio de todo lo digital, sea para acuerdos con las telefónicas o con grandes marcas. Se hacen shows privados o se graban canciones especiales a demanda”, comentó Rafael Vila, director artístico de Sony Music. Sin embargo, el ejecutivo señala que la venta de discos mantiene su vigencia: “por suerte los argentinos son melómanos. En otras partes del mundo cae, pero acá no”. Cabe destacar, en ese contexto, que hoy los precios de los discos oscilan entre los $60 y $100.
Este año y por primera vez, son más las personas que descargan canciones que quienes compran discos: 3,63 millones contra 3,57, según indica un estudio de la Consultora Quiroga. “El consumo de música sigue creciendo, pero cambió la forma de obtener ganancias”, dice Vázquez, de EMI. Otra de las opiniones recogidas es la de Diego Zapico, presidente de Acqua Records, quien indicó que “hay un cambio grande en los hábitos de consumo de música con la aparición de nuevos actores en el negocio, en especial en Internet”.
El cierre de disquerías plantea otro desafío, ya que la falta de “bocas de expendio” se convirtió en una de las mayores limitaciones para la industria. Las cadenas especializadas en venta de música consideran que aún hay un grupo grande de personas que prefieren el soporte físico y se vuelcan a los pocos locales que existen.
A todo esto se suman otras cuestiones. Por ejemplo, el hecho de que a fines de 2011 iTunes, la tienda de música de Apple, formalizó su arribo a América Latina. Esta acción se convirtió en uno de los hitos más importantes de la industria discográfica en la Argentina en lo que se refiere al impulso de la comercialización de música a través de canales digitales. Aunque todavía está por debajo de la comercialización de discos, la venta online comenzó a reportar beneficios. De acuerdo a las cifras de CAPIF, la facturación en Internet se incrementó un 20% entre 2010 y 2011, gracias a los acuerdos con las telefónicas.