“Sería un sacrilegio desguazar los coches belgas”

El argentino José Luis Moscovich se desempeña como director de Transporte de la ciudad de San Francisco, en los Estados Unidos. Esta mañana en la 99.9, opinó sobre la renovación de los vagones de la Línea “A” de subtes de Capital Federal. “Estos vagones son eternos”, agregó.

En la Ciudad de Buenos Aires, el Jefe de Gobierno decidió renovar la flota de coches de la Línea “A” del subte y los funcionarios pretenden convertir los actuales vagones en bibliotecas. Sobre esta cuestión, un destacado especialista en la materia sostiene que se trata de una iniciativa desatinada. El argentino José Luis Moscovich se desempeña como director de Transporte en la ciudad de San Francisco, en el estado de California, y conoce en profundidad las problemáticas del transporte en nuestro país. Esta mañana en la 99.9, indicó: “puedo asegurar que la flota de la Línea A, así como vino de Europa, es eterna. Los mejores resultados que tuvimos en San Francisco son con coches bastante similares, increíblemente sólidos y con sistemas muy simples y fáciles de mantener y verificar. Las circunstancias también importan para las decisiones, pero los coches históricos de la Línea A son verdaderamente de un valor muy importante y se los debería mantener en funcionamiento lo más que se pueda”. Luego abundó: “las carrocerías de madera restaurada son de un atractivo turístico tremendo. Aquí en San Francisco, la línea de tranvías históricos es la más popular de la ciudad y transporta casi 30.000 pasajeros por día”.
La principal línea de subterráneos de Capital Federal, según Moscovich, “tiene un volumen de pasajeros extraordinario y funcionó de manera muy segura durante más de un siglo. Sería un sacrilegio desguazar los coches belgas, habría que mantenerlos en servicio. Si se decide no usarlos en la Línea A, pueden pasar a otra línea. Lo que es un sacrilegio es sopletearlos, porque esos vagones son eternos. Sería una pérdida de patrimonio para el país, un error a nivel estético y económico”.
Por otro lado, destacó que en caso de que se los venda como chatarra “se podrá sacar el 4 o 5% del valor del coche funcionando, no tiene sentido a nivel económico. Habría que investigar qué rendimiento ha tenido esa flota; es difícil que haya tenido un nivel de accidentes superior al de otras líneas. Restaurados, los coches de madera serían de un gran atractivo, mucho más que cualquier coche que se pueda comprar en China”.
Ciertas versiones hablan de la posibilidad de que las viejas unidades circulen sólo los fines de semana, pero el director de Transporte de San Francisco fue claro: “es un error hacerlo un propósito turístico. En San Francisco, más de la mitad de los pasajeros de tranvía son ciudadanos de aquí, prefieren eso antes que el subterráneo moderno. Los coches de la Línea A han prestado un servicio excelente, que tengan un siglo de antigüedad no significa que haya que sacarlos de circulación. Deben invertir un poco de dinero para que estén en buen estado”.
Por último, recordó su paso por la ciudad años atrás, y cómo se sorprendió con la renovación edilicia que encontró: “cuando estuve en Mar del Plata la última vez, me llamó la atención cómo la ciudad perdió la arquitectura patrimonial que tenía. Vi mansiones del siglo XIX y me imagino lo que debe haber sido la ciudad con todas esas mansiones. Entiendo la presión inmobiliaria, pero hay un valor muy importante para la sociedad en mantener el patrimonio cultural y arquitectónico”.