Espanto & decepción

A diario se publican encuestas que hablan de escenarios electorales basados en estudios cuya tecnología atrasa, cuando menos, veinte años. Suena muy tecnológico escuchar al analista encuestador decir “utilizamos un mix de llamadas domiciliarias y tecnología IVR”. Los muestreos suelen estar basados en universos de no más de seiscientas personas y, obvio es, realizados sobre la base de preguntas orientadas a buscar un resultado determinado.