La voz de la tierra
La de los originarios. No por es comodidad ni por falta de ganas de escribir. Siento que nadie podrá explicar la situación mejor que ellos mismos y que esta carta tendrá poca publicidad. Por eso, le cedo íntegramente este espacio a la misiva que Juana Calfunao le dirigió al presidente chileno Sebastian Piñera el 5 de enero de 2013.
Cartas de un judío a la Nada
Aquilea, 341 La tierra, arrasada, estaba cubierta de cenizas. Un erial negro, llano y polvoriento se extendía hacia el horizonte lejano. Aquí y allí asomaba, en un espantoso contraste con la oscuridad tétrica del suelo, el blanco horroroso de los huesos que nadie había enterrado. Las murallas habían sido demolidas hasta los cimientos y todos los edificios reducidos a ruinas. Un mes después de la destrucción de la ciudad, el sitio seguía pareciendo un infierno.
Todo por la mitad
O a veces menos que eso, como cuando una obra, un emprendimiento o un proyecto queda solamente en el enunciado desde lo mediático y que nunca se concreta. La otra posibilidad, recurrente, es que se dé inicio y quede por la mitad, o se “termine” y al final queden a la vista errores e imprevisiones. Es lo que hay; no necesariamente lo que habrá.
Movimiento inesperado
Conmocionó a más de uno. Con visos de posible realidad, o como un anuncio más de tantos, la idea de trasladar las actividades del municipio a una nueva estructura a crearse en el predio del Club Unión provocó sorpresa, dudas y, por qué no decirlo, molestia entre quienes tendrían que pensar en un traslado más complicado que hasta el centro de la ciudad.