No somos Rosario… todavía

El nivel de violencia que padece nuestra ciudad no es, en volumen, el que sufre Rosario, pero el crescendo es preocupante. A diario se suceden ajustes de cuenta que, por goteo, llenan de sangre la ciudad. La organización heredada de anteriores administraciones municipales y la anquilosada estructura provincial de seguridad han fracasado. Cambiar, es urgente.