La ciudad de los mucamos: una rémora que da vergüenza ajena
Llegó tres horas y media tarde. Todos esperaron de pie su arribo y, cuando se produjo, lo aplaudieron cual rockstar. Axel Kicillof se sintió en su casa en la reunión que se realizó en el GHP con empresarios (es un modo de decir) que, tal como cortesanos de palacio, adularon empalagosamente al gobernador mientras se desvivían por mirarla de modo cómplice a «Fer» —Fernanda Montoto Raverta—.




