De traidores y tiempos breves
La palabra resonó fuerte: “traición”. El dicho se escuchó en toda la dirigencia: “Roma no paga traidores”. El más cuidadoso fue el propio afectado por el acto político en el Nuevo Ostende, que buscó introducir un nuevo tiempo político en la ciudad anunciando que “es el tiempo de Montenegro”. Carlos Fernando Arroyo, ante la pregunta en la 99.9, señaló: “a mis funcionarios sólo les pido que sean útiles y correctos en la función asignada, después que se junten con quien quieran”.