Gustavo y la gorra
Lo vieron, y lo sintieron por primera vez en toda su dimensión. Golpeaba la mesa y una y otra vez, y decía enfáticamente: “¡el Comando de Patrullas es mío y nadie va a cambiar nada acá sin que yo dé mi consentimiento!”.
Columna de tapa, escrita por el periodista José Luis Jacobo
Lo vieron, y lo sintieron por primera vez en toda su dimensión. Golpeaba la mesa y una y otra vez, y decía enfáticamente: “¡el Comando de Patrullas es mío y nadie va a cambiar nada acá sin que yo dé mi consentimiento!”.
Lo acontecido en el recinto del Concejo Deliberante el pasado jueves 2, constituye una de las jornadas más oscuras del presente democrático de la Argentina. No es sólo el peso de la destitución de Vilma Baragiola como presidente del HCD, promovida desde una maniobra vil y mendaz (la cámara oculta y su edición), sino el escenario de poder mafioso desplegado por el intendente Gustavo Arnaldo Pulti, uniendo la concentración de comunicación mediática pagada con recursos de los contribuyentes, con el ejercicio de la violencia por grupos controlados por él, a través de actores políticos de Acción Marplatense.
El pasado 23 de septiembre se conmemoró a nivel internacional el Día Internacional de la Trata de Personas. A modo de preparativo para dicha fecha, cuatro días antes fue allanado en nuestra ciudad Madaho´s, lugar de alterne ampliamente conocido y considerado VIP en el ámbito de la nocturnidad vinculado al comercio del sexo.
Han transcurrido ya 5 días desde aquél en que en este medio, el abogado Julio Hikkilo revelara la existencia de una pericia contable en poder del fiscal Javier Pizo, que sella lo que en clave política sostiene el concejal Cano sobre el delito de malversación, practicado de manera continua por el intendente Gustavo Arnaldo Pulti con los recursos económicos de la comuna de General Pueyrredon.
Va de suyo que de todo el set de precios relativos que conforman la economía en Mar del Plata hay uno solo que conmueve a la clase política en sus distintas manifestaciones -concejales, vecinalistas, ONGs, organizaciones estudiantiles-: el boleto de colectivo. No es un fenómeno exclusivamente marplatense, pero en nuestra comunidad adquiere ribetes asombrosos.
El uso del discurso es un arma fenomenal que posee y distingue la condición humana. El habla, más que el caminar erguidos, nos separa del resto de los seres vivos y nos destaca en la evolución de las especies. Es un arma esencial, da lugar a lo más bello y también a lo más tremendo. El Bhágavad-guitá, la Torá, la Biblia, el Corán, Mein Kampf o el Manifiesto Comunista; todo surge del pensamiento, se refleja en la palabra, y se expresa en un discurso. Y de ahí su relevancia como recurso connotativo y como instrumento de poder.