Nada es definitivo

El mundo suele definirse en absolutos. El fin de distintas enfermedades ha sido, de hecho, uno de los temas donde más se aplica ese ideal colectivo. El retorno del sarampión, que se ha llevado una vida en estos últimos días en nuestro país, fija el tono de un drama autoinfligido, provocado por una enfermedad incurable de la humanidad: la estupidez.